- El SmartPeg está fabricado en aluminio blando. Debe ser mucho más blando que el propio implante para eliminar el riesgo de que se produzcan daños en el implante y en su conexión. El desgaste y deterioro del aluminio es rápido y visible después de tan solo unos insertos. Así pues, la unidad Osstell no proporcionará valores ISQ precisos si la conexión con el implante no es completa. Incluso la introducción de cambios muy ligeros puede marcar la diferencia.
- Se cree que la esterilización en autoclave acelera el desgaste y el deterioro, pero también lo hacen la corrosión del aluminio debida a las condiciones extremas que suelen darse durante el proceso de autoclave.
- A medida que el SmartPeg se desgasta, el aluminio se “desprende” en fragmentos diminutos, que permanecen en el implante y en su conexión. ¿Qué efectos tienen a largo plazo? ¿Y cuál es el efecto de la conexión entre el implante y el pilar? La mayoría de los doctores intentarían evitar tales situaciones en la medida de lo posible. En nuestro caso, basta con utilizar un SmartPeg nuevo.
- Como la integridad de los datos no puede garantizarse después de varios usos o de varios procedimientos en autoclave, el método solo está aprobado para su uso con SmartPegs nuevos.
- Por supuesto, existen otros métodos de esterilización (en frío), pero no son 100 % seguros en términos de esterilización y el problema del desgaste y del deterioro mecánicos no se soluciona.
- Las normativas higiénicas estándar indican que debe evitar reutilizar el material que ha estado expuesto a tejidos biológicos u otras sustancias con anterioridad. Esta es la dirección en la que están evolucionando la mayoría de las áreas de atención sanitaria, y esto ocurre también en el campo de la odontología.